Los hermanos Achille y Pier Giacomo Castiglioni disfrutaban creando objetos de diseño a partir de elementos industriales. Ya en 1957 presentaron la silla Zanotta, construida con una silla de un tractor.
En 1962 volvieron a sorprender con la lámpara de pie Toio. En este caso, utilizaron un faro de coche de 300W importado de los Estados Unidos, unos anillos de una caña de pescar y un transformador industrial.
El mérito de esta lámpara es que hace de sus supuestos puntos débiles -la utilización de elementos industriales poco estilizados- su virtud. Toio muestra sin complejos todos sus componentes, consiguiendo un diseño ultra-funcional y estético, que no deja de transpirar cierta ironía.
La lámpara está formada por un foco que se apoya en un aro metálico, que a su vez va unido mediante dos soportes curvos a una barra hexagonal de latón. Esta barra, que es regulable en altura, descansa sobre una base fabricada a base de chapa de acero y dos escuadras.
La base aloja un pesado transformador, necesario para alimentar el foco de 125V con una corriente de 220V. Además, cumple la función de estabilizar a todo el conjunto.
El cable que une el foco con el transformador pasa por unos anillos unidos al soporte vertical, y la longitud sobrante puede enrollarse alrededor de un corchete que fijado con un tornillo que sirve, además, para ajustar la altura de la lámpara.
Toio constituye una demostración perfecta del diseño inteligente, bello y desenfadado, y constituye una fuente de inspiración para las lámparas modernas. Su precio de mercado ronda los 700€.