La bombilla incandescente, inventada por Edison hace más de cien años, marcó un hito en nuestra historia y transformó nuestras vidas completamente. Sin embargo, en los últimos años se han producido avances tecnológicos importantes que han resultado en la aparición de nuevas alternativas más eficientes y económicas a largo plazo.
Esto, unido al hecho que desde el 1 de setiembre de 2011 está prohibido vender bombillas incandescentes de 60 W -piensa que sólo aprovechan el 5% de la potencia eléctrica suministrada!-, hace que podamos sentirnos un poco confusos a la hora de valorar alternativas. A continuación te las resumimos, para ayudarte a elegir el modelo más apropiado para cada lámpara.
Básicamente existen 3 tipos de bombillas:
- Bombillas bajo consumo: de hecho son tubos fluorescentes compactos -funcionan por descarga de gas-, con el mecanismo de encendido integrado. Para la misma luminosidad, consumen un 75% menos que una bombilla incandescente y duran 10 veces más. Tienen la desventaja -como los tubos fluorescentes- que consumen mucha energía al encenderse y que su encendido no es inmediato. Son ideales para estancias donde la luz debe estar encendida durante largos periodos (por ejemplo, cocina o pasillos).
- Bombillas halógenas: similares a las bombillas incandescentes, aunque su filamento trabaja a mayor temperatura. De las tres clases de bombillas, es la menos eficiente, consumiendo un 30% menos que una bombilla incandescente tradicional y con una vida útil tres veces mayor. Pueden ser de tamaño pequeño, aportan una luz brillante y su encendido es inmediato. Tienen el inconveniente que generan mucho calor y que su intensa luz puede ser molesta a la vista. Hay que utilizarlas puntualmente, con finalidades decorativas (por ejemplo, iluminar un cuadro). La mayoría necesitan un transformador de 12V o 24V para funcionar y siempre deben depositarse en un punto limpio de recogida, ya que alojan mercurio en su interior.
Por último, también es importante destacar la introducción de los lumens (lm) como unidad para medir la intensidad luminosa, en substitución de los tradicionales vatios (W). Un lumen equivale a la luz que emite una vela a 30 cm de distancia -por ejemplo, 300 lumens equivale a la luz de 300 velas encendidas a 30 cm de ellas-. Para facilitar un poco las cosas, a continuación de detallamos la equivalencia aproximada entre lumens y vatios de una bombilla incandescente tradicional:
- 25 W = 200-310 lumens
- 40 W = 310-750 lumens
- 60 W = 750-1050 lumens
- 75 W = 1050-1500 lumens
- 100 W = 1500-2600 lumens
One Comment
lámparas led
La explicación de los lúmens es muy interesante.