Cuando nos plantamos con el reto de planificar la iluminación de una habitación, muchos nos quedamos en blanco y no sabemos por dónde empezar. La verdad es que si el proyecto es sencillo, no hay que ser interiorista para conseguir buenos resultados. Además, hay multitud de tiendas de lámparas online donde poder elegir y comparar modelos de luminarias.
Lo más importante es tener una estructura clara de los tipos de iluminación, ya que nos ayudará a afrontar este ejercicio de manera ordenada y nos permitirá relajarnos y disfrutar más a al hora de elegir nuestras lámparas favoritas. Podemos empezar clasificando las luminarias en dos grandes grupos: funcionales y estéticas.
La primera clase, como su nombre indica, tiene el objetivo principal de iluminar una zona, para proporcionar seguridad y confort visual. Dentro de este grupo podemos distinguir entre luz general o de ambiente y luz focal o zonal.
La iluminación general
La luz general correspondería a la que ilumina una habitación por completo, y es aquella que se enciende y apaga con un interruptor al lado de la puerta. Puede ser un plafón de techo, una lámpara colgante o la luz rebotada en paredes o techo, mediante apliques de pared, focos o empotrables.
La iluminación focal
Por otro lado, y aún dentro de la iluminación funcional, tenemos la iluminación focal. En este caso, el objetivo es iluminar una zona concreta de la habitación. Por ejemplo, la mesa del comedor, la encimera de la cocina, zonas de lectura, etc. Es una iluminación que crea sombras a su alrededor y que tiene la función de permitir desarrollar cómodamente una actividad en la zona iluminada. En este grupo podemos incluir lámparas colgantes, lámparas de pie, luces empotrables, etc.
Vamos ahora ver la iluminación estética. En este caso, distinguiremos entre iluminación decorativa e iluminación de detalles.
La iluminación decorativa
En la iluminación decorativa, el protagonista es la lámpara. Es decir, más que iluminar, se trata de decorar con luces, formas y colores. Un ejemplo sería una lámpara de sobremesa o colgante de diseño. Es evidente que una lámpara puede tener un objetivo funcional y decorativo a la vez (imaginemos por ejemplo la lámpara Arco de Castiglioni iluminando la mesita de café).
No hay que confundir, sin embargo, el tipo de iluminación –qué iluminamos– con el tipo de lámpara –cómo lo iluminamos-. En el caso anterior, hablaríamos de una iluminación focal, aunque se trate de una lámpara de diseño decorativo. Es decir, lo importante aquí es decidir si queremos iluminar alguna zona de actividad -con una lámpara más o menos decorativa- o simplemente colocar una lámpara como mero objeto estético (por ejemplo, una lámpara de sobremesa).
Finalmente, nos encontramos con la iluminación de detalle o de puntos de interés. Este grupo engloba aquellas luces pensadas para iluminar un detalle arquitectónico, escultura, cuadro, etc. Es decir, el protagonista es el objeto iluminado y no la lámpara. Aquí podemos pensar en focos, luces empotrables, iluminacuadros, etc.
One Comment
supertwin
Buen blog.
Realmente a la hora de iluminar cualquier espacio uno de los aspectos que se pasa por alto y no deberia de ser asi es la iluminación.