Los plafones de techo son una solución ideal cuando buscamos una luminaria que nos proporcione luz ambiental o bien si el techo de la habitación es muy bajo. Esto los hace especialmente indicados para cocinas, cuartos de baño o salas de estar.
El diseño más común para un plafón de techo es en forma de difusor circular o rectangular, que le da una apariencia discreta y poco grosor. Sin embargo, también existen modelos con diseños más atrevidos, aunque son la excepción. Éstos tendrán un lugar más destacado en la decoración de una estancia, pero nunca tendrán el impacto de una lámpara colgante.
En el caso de que el plafón de techo sea para un cuarto de baño, recuerda que debe tener una protección contra agentes externos (IP) apropiada, para evitar la entrada de humedad o agua.
Por otra parte, una buena alternativa a los plafones de techo son focos -que pueden estar escondidos- apuntando al techo, para que la luz se refleje en éste (sólo para techos blancos), o bien downlights, aunque en éste último caso la iluminación será puntual. En este caso sustituimos una lámpara de techo de iluminación general por la iluminación de varios puntos de interés en la sala (mesas, cuadros, muebles…). En cualquier caso, evita colocar los downlights siguiendo un patrón de cuadrícula, ya que se pierde el efecto de ilumiancion puntual. Mejor, por ejemplo, colocar 3 en línea.
Finalmente, recuerda que hoy en día la utilización de lámparas LED supone un ahorro considerable -sobretodo en el caso de los downlights, además de generar mucho menos calor-.