Lámparas de pared. Cuando no existe espacio suficiente para instalar una lámpara empotrable, un foco o lámpara de pared puede ser la solución adecuada.
Evidentemente, un foco de pared es más visible que una lámpara empotrable, por lo que habrá que situarlo cuidadosamente para que sea lo más discreto posible.
Una de las opciones más utilizadas son las lámparas halógenas de superficie. Con ellas, puedes iluminar un detalle o bien la pared, para reflejar la luz. Recuerda que algunos modelos llevan el transformador integrado, para poder conectarlas directamente a corriente, mientras que otras requieren de un transformador exterior. En este último caso es importante planificar la posición de éste, ya que debe situarse a pocos metros de la lámpara.
Ten en cuenta también que una lámpara de este tipo puede alcanzar temperaturas altas, por lo que es aconsejable instalarlas en superficies que soporten bien el calor.
Otra buena solución para un techo con vigas es colocarlas encima de éstas, iluminando el techo. Esto ampliará el espacio y realzará los detalles arquitectónicos. Por contra, no es aconsejable usar lámparas de superficie en techos bajos.
Finalmente, también pueden usarse este tipo de lámparas en duchas y baños, cuando no es posible empotrarlas. En este caso, es imprescindible que tengan un protección IP adecuada (idealmente, 68).