La iluminación del techo -proyectar luz hacia el techo- puede lograrse desde las paredes, suelo e incluso muebles. La mejor solución depende de la altura de la habitación, ya que para que la iluminación del techo sea efectiva, ésta debe difuminarse. El punto de luz no debe estar demasiado cerca del techo, pero debe situarse por encima del nivel de visión, para evitar reflejos molestos. Por esta razón, no tiene sentido utilizar apliques de pared-iluminando el techo- en una habitación con un techo bajo. En este caso, una mejor opción es usar lámparas empotradas en el suelo o un punto de luz indirecto, escondido en un mueble.
En espacios pequeños y bajos, donde es difícil iluminar el techo, a veces la solución es iluminar las cuatro esquinas de la habitación, utilizando lámparas de techo tipo downlight instalados en la pared o luces escondidas detrás de los muebles.
En un espacio con techo inclinado, como un loft, te recomendamos utilizar una luz difusa, para no acentuar en exceso el efecto de la inclinación. Unos tubos fluorescentes situados detrás de un cristal ahumado pueden ser una buena solución. Además, puede instalarse una fila secundaria de fluorescentes -por ejemplo, de otro color- para crear un efecto distinto por la noche.
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